Sobre la Verdad, Su Degradación y Nuestra Búsqueda
¿Has notado alguna vez lo limitadas que son las palabras para transmitir ciertas comprensiones? ¿Traspasamos o absorbemos realmente una verdad que es subjetiva?
A veces nos vemos explicando algo, pero nos quedamos con la sensación de que en realidad la otra persona se ha quedado solo con una fracción de aquello a lo que nos estamos refiriendo. O al revés, también nos pasa que hemos creído entender algo que nos explican solo para, a veces, mucho después darnos cuenta de que en realidad no habíamos comprendido nada.
Y es así como malinterpretamos, confundimos, y torcemos las enseñanzas espirituales. Este es el verdadero significado detrás de la historia de la Torre de Babel.
Es de utilidad considerar que existen grados de verdad, o planos. En un extremo tenemos la materialidad, o terrenalidad; el cuerpo físico, el dolor físico, como tangibles y una realidad. En otro extremo tenemos la posibilidad de una Verdad (con mayúscula) inasible, la Verdad Absoluta, el Vacío, el Todo, la Eternidad, lo Inconmensurable.
Y entre medio de ambos extremos los denominados cuerpos (o planos) emocionales (o astrales), mentales y espirituales. La verdad dependerá desde donde la estamos viviendo.
La Inevitabilidad de la Involución
Una “verdad” para mi puede ser, por ejemplo, la aseveración: “somos uno”. Una idea que puede ser asida desde el cuerpo mental, pero no del espiritual, o del emocional, pero no del físico, y así en diversos grados de comprensión me quedo con que lo que yo experimento como “verdad”.
Esa “verdad” se puede traspasar a palabras (desde mi propia limitada y sesgada concepción de esas palabras) y así se transmiten a otra persona. La otra persona “absorbe” este contenido, lo percibe desde sus distintos cuerpos, y en algún grado, inevitablemente, también lo acepta sin filtro. En este punto tenemos una segunda “verdad”, la “verdad” de la otra persona.
Y así, si el concepto se sigue compartiendo sin filtro, ni una validación interna coherente, esta verdad seguirá sufriendo en cada paso de la cadena y del tiempo algún grado de degradación, de involución.
Finalmente puede quedar poco de Verdad y mucho de dogma. Y así luego incluso pueden aglomerarse varios dogmas y crear dogmas nuevos, que parecieran frescos, pero que de Verdad poco reflejan.
Por esto es por lo que, en el encabezado a la página de artículos escribí: “Te invito amablemente a que no creas nada sin validarlo internamente primero, y a que recuerdes que las palabras sirven solo para ser consideradas, para asistirte en encontrar tu propia verdad.”
Las palabras solo apuntan a algo, no son “ello”. Asimismo, la comprensión no es solo entender, sino una experiencia que involucra todos los planos del Ser.
Sé que al compartir estas palabras corro el riesgo de degradar alguna verdad. Todos lo hacemos y todos lo seguiremos haciendo a pesar de nuestros mejores esfuerzos, por la simple razón de que somos humanos, y estamos sometidos a la constante fuerza de la involución, de la mecanicidad, lo cual no debiera retenernos en nuestros esfuerzos de crecer y compartir, en la medida que estamos procurando ser honestos con nosotros mismos.
Un Recordatorio Amigable
La utilidad de esta reflexión, y el consejo que me ofrezco constantemente a mí mismo es: procuremos ser conscientes de lo que absorbemos, y de cómo nuestra naturaleza asume sin validar.
Conscientemente hagamos el esfuerzo de buscar la propia Verdad, es decir, buscar la experiencia viva en nuestros cuerpos y en nuestras emociones, no solo en nuestras mentes, lo que nos acerca así también a la experiencia espiritual.
Si esto implica primero invalidar todo aquello que se ha absorbido de forma inconsciente, ¡que así sea!
Si para encontrarnos debemos olvidarnos de quienes supuestamente somos, cortar con toda nuestra historia y nuestro futuro, con las ideas que tenemos sobre nuestras relaciones, nuestro trabajo, nuestros sueños, nuestros miedos y anhelos, ¡que así sea!
Porque detrás de toda ilusión, detrás de toda falsedad, está lo Real, y lo Real no puede ser destruido. Desde este punto de vista, la búsqueda de la Verdad es el camino hacia la Realización.